
Bartolomeo, nació en Grecia en el siglo x a.c, fue el mayor de tres hermanos y sus padres pertenecían a la realeza.
Esté niño, desde muy temprana edad se interesó por la literatura pero era un tanto difícil para él. Ya que, para aquella época, habían muchas guerras y muertos y su padre tampoco se le permitía porque pensaba que la literatura no le iba servir de nada.
Fueron pasando algunos años y Bartolomeo se convirtió en joven. Muy ansioso por estudiar aprender mucho más de ese maravilloso arte. Entonces, un buen día, se dispuso a enfrentar a su padre para decirle, que era su decisión irse a estudiar a Roma, pero su padre se opuso y le dijo, que no estaba de acuerdo con esa decisión tan absurda.
Aquel entre lagrimas y llantos, tuvo que hacer caso a su padre ya que dependía de él y el viaje que pretendía hacer Bartolomeo era muy costoso.
Esté chico, nunca dejó de escribir, mas bien esa era una fuente de inspiración para él. Ya que, era un período donde existían muchas cosas en particular; las guerras, la miseria, las plagas y los caballeros namorados de sus damas, junto a una concepción religiosa controlada por la iglesia.
Tenía muchas cosas que escribir, por eso en el silencio de la noche lo hacia, donde su única compañera eran las hojas de papel y una pluma, él se sentía muy importante al no mostrarle al mundo, todas esas ideas maravillosas que tenía, y el deseo por expresar opiniones, temores, sentimientos y tratar de comprender al mundo social, político y cultural.
A su temprana edad, Bartolomeo conservaba una gran cantidad de obras literarias escritas por él, y que más adelante tendrían mucha importancia dentro de la literatura, su vida daría un giro de trescientos sesenta grado.
Todo estalló, las medidas del mundo y la humanidad. El poder de la iglesia y de los señores feudales y entre otras cosas los limites del pensamiento.
Esto influyó mucho en la vida de Bartolomeo, rompió con lo establecido y no sería un autor anónimo, se dedicaría más a sus conocimientos, ya que, con la muerte de su padre, no había nada que se opusiera a sus estudios "porque nunca es tarde para aprender".
Así, esté hombre viajó a varios países, aprendiendo mucho y escribiendo más, con mayor originalidad y elevada calidad.
Bartolomeo seguía avanzando, pasaban años tras años, ya el no seguía siendo el mismo joven quinceañero frustrado por la crianza de su padre, pero el gran amor que sentía por ese arte maravilloso no había cambiado, crecía aún más.
No solo en Europa había literatura y América era un "nuevo mundo" está también cultivó el arte de las palabra oral y escrita, ya que aquí había una abundante producción literaria.
Este gran hombre se dirigió a Alemania, donde conoció una hermosa doncella de la cual se enamoró perdidamente, está fue otra fuente de inspiración para él. Escribió varias poesías para enamorarla, de las cuales se encontró una en un pergamino envejecido por el tiempo.
¡Oh mi hermosa dama!
que con tu belleza engalanas.
No puedo dejar de verte
porque mi alma te llama.
Dame, el si de tu cariño
que mi corazón no tiene calma.
Así, conquistó a esta gran dama, se casaron y tuvieron hijos, aun seguía escribiendo y su afán de aprender mas por la literatura.
Llega una época de convulsiones políticas y adelantos tecnológicos inmediatos en la historia de la humanidad, este gran hombre quiso darle un nuevo estilo y renovar su vocabulario para convertirlo más audaz, fundó una escuela para democratizar la literatura, experimentando nuevas formas expresivas.
Y dejando esta nota para reflexionar.
La historia de la literatura es una historia sin fin, como la del hombre mismo, sigue haciéndose al son de los nuevos tiempos. Es cuestión de asomarse y ver hacia atrás y hacia adelante en todo los sentidos y con todos los sentidos preparados para gozar de de la inagotable fuente de maravillas que representa la literatura, una producción artística y humana, que puede cumplir la función de cada época y el estilo que da cada autor a su obra.

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